Esforzarse en África | Los jóvenes de Sinotruk luchan en Malí

Cuando se habla de Malí, mucha gente puede pensar en Somalia, donde la piratería campa a sus anchas. De hecho, la situación en Malí es incluso peor que la de Somalia. Situado en las profundidades del desierto del Sahara, es el país más caluroso y seco del mundo. La temperatura en su capital, Bamako, se mantiene por encima de los 40℃ todo el año. También es uno de los países más pobres del mundo, con recursos extremadamente escasos. 70% del desarrollo del país depende de la agricultura, mientras que la industria y las infraestructuras escasean. Los cortes de agua y electricidad son frecuentes. Además, sufre desde hace años continuos conflictos bélicos y terrorismo.

Sin embargo, en un país así, un grupo de jóvenes de Sinotruk lleva todo el año esforzándose. Puede que la población local no los conozca, pero los camiones Howo que han puesto en el mercado son bien conocidos por todos. Hoy en día, los camiones Howo viajan en grupos entre los principales puertos de África Occidental y varias rutas de transporte de Malí, transportando continuamente todo tipo de artículos de primera necesidad y materiales de infraestructura para la población local, formando así una línea de salvaguardia para la construcción de infraestructuras del país y el sustento de la gente.

El espíritu de lucha de Sinotruk, que consiste en "hacer que un día valga por dos días y medio", queda vívidamente demostrado en ellos. Hay exactamente 8 horas de diferencia horaria entre Malí, los países de África Occidental y China. Cada noche, al despertarse, lo primero que hacen por costumbre es coger el móvil y consultar los correos electrónicos y mensajes de sus colegas en China, para no afectar a la marcha del trabajo. En general, su horario es el siguiente: el "primer día", se comunican y cooperan con sus colegas de China. Después de que sus colegas en China salen del trabajo, toman su "brunch", y luego comienzan el trabajo del "segundo día". Cuando vuelven a la oficina por la tarde y cenan, empiezan el trabajo del "tercer día". Después de que sus colegas en China empiecen a trabajar de nuevo, organizan y se comunican sobre el trabajo pertinente hasta bien entrada la noche. Con el tiempo, este "ciclo de trabajo de tres días" se ha convertido en su ritmo de trabajo diario.

Además del trabajo, también tienen que enfrentarse a factores de inestabilidad como desfiles y cierres de carreteras en momentos y tramos inciertos. También tienen que lidiar con entornos naturales adversos, como altas temperaturas y tormentas de arena que pueden azotar en cualquier momento. Además, debido a la escasez de recursos locales, casi todos los suministros dependen de las importaciones, y los precios suelen ser tres o cuatro veces superiores a los de China. Para ellos es casi un lujo encontrarse con un restaurante de comida rápida relativamente limpio durante sus visitas a los clientes. Por eso, en la mayoría de los casos, sólo hacen dos comidas al día: el almuerzo antes de salir y la cena después de volver a la oficina. Esta dieta irregular ha hecho que los problemas estomacales sean un compañero constante para ellos.

La historia de un plato de fideos

Suelen llevar una vida ahorrativa y es raro que coman en un restaurante chino. Una vez pidieron un plato de fideos fritos y se lo zamparon. Cuando fueron a pagar la cuenta, el dueño del restaurante les dijo que les había costado 9.000 francos CFA (unos 110 yuanes). El dueño les explicó que el proceso de elaboración de los fideos fritos era complicado, por lo que el precio era un poco más elevado. Esto les dejó en un dilema, sin saber si reír o llorar, y sintiéndose bastante desconsolados por el gasto.

Cuando exploran el mercado de un país extranjero, no sólo tienen que enfrentarse a algunos conflictos contractuales y comerciales, que pueden incluso desembocar en pleitos. En este país en concreto, su trabajo a veces les hace correr el riesgo de ir a la cárcel o perder la vida. Sin embargo, por muy difícil que sea el trabajo, siguen esforzándose al máximo para hacer frente a las situaciones, mantener la imagen de marca y minimizar las pérdidas de la empresa. Ante las dificultades, este grupo de jóvenes de Sinotruk no se echó atrás. Con el espíritu de Sinotruk, han compuesto muchas canciones triunfales en Mali. En la actualidad, la notoriedad de marca y la cuota de mercado de Sinotruk en Malí han ocupado el primer puesto durante cinco años consecutivos. La cuota de mercado de las marcas nacionales es superior a 98%, y la marca SINOTRUK es extremadamente popular a nivel local.

Estos jóvenes no tienen ninguna hazaña que haga temblar la tierra, pero han dado rienda suelta a la extraordinaria fuerza de Sinotruk en el trabajo más ordinario. Son un microcosmos de los empleados de Sinotruk que se esfuerzan en el extranjero. Han derramado su sudor en un Malí pobre y devastado por la guerra y han dedicado su juventud a Sinotruk y a su patria.